martes, 24 de diciembre de 2013

EL AMOR HACE COSAS ASÍ. FELIZ NAVIDAD

Es de las mejores explicaciones que he encontrado para dar luz a un Misterio como el que nos ocupa estos días. Dios hecho Niño… La frase la recoge el sacerdote alemán de origen italiano Romano Guardini en su libro "El Señor" (Vol. 1. Pg 38-39. Ed. Patmos). Copio unas líneas que me han ayudado a empaparme de la gracia que se derrama en la Natividad de Jesús. Ojalá calen en nosotros. 

"Que Dios haya salido de la eternidad para entrar en lo temporal y caduco, que haya cruzado el "umbral" de la Historia, no puede ser comprendido por ninguna mente humana (…) 

Un amigo me dijo unas palabras, gracias a las cuales acerté a comprender mucho más que mediante la simple "reflexión". Estábamos hablando de problemas de esta índole y me dijo: 
"EL AMOR HACE COSAS ASÍ". 
Estas palabras me ayudan con frecuencia. No es que aclaren algo a mi pensamiento, sino que dirigen una llamada al corazón y le hacen presentir el misterio de Dios. (…) 

Pero el amor tiene sus propias razones y finalidades, y para entenderlas hay que estar dispuesto a captarlas, pues de lo contrario no se entiende nada... Pero, ¿si es Dios quien ama? ¿Si son la profundidad y la potencia de Dios las que se elevan? 
¿De qué no será capaz entonces el amor?




Ojalá abramos los brazos -y sobre todo el corazón- para acoger a Dios que viene a nosotros, que quiere nacer en nosotros, hoy y siempre. El Amor es capaz de hacer cosas así, no lo olvides. 
Feliz Nochebuena, feliz Navidad.

domingo, 10 de noviembre de 2013

EL PRIMER INSULTO

Se produjo hace un par de días. Cruzaba la calle en busca del coche y a unos metros, compartiendo con todos la música de sus móviles, tres chavalas caminaban con paso animado al tiempo que hablaban. Un breve silencio ante la vista del sacerdote. Segundos después, se oía en medio de la calle una mofa del cura, dudando de su virilidad. Reconozco que el orgullo se dolió, y estuve a punto de acercarme a la muchacha a decirle que, además de educación, le faltan gafas. Pero mi falta de humildad la suplió el Señor con mi falta de tiempo. Así que entré en el coche y salí disparado hacia el siguiente destino.

Para compensar esta leve afrenta, al día siguiente, en la visita a la residencia de mayores para llevarles la Comunión, una señora de 96 años -que apenas ve- me dijo que era muy guapo y que si me casaba con ella. Empate a uno.

En realidad debo decir que desde que llegué a Ciempozuelos la proporción entre acogida y rechazo al verme como sacerdote es de 100 a 1, aproximadamente. Las muestras de cariño, de alegría y de respeto en estos dos meses han sido cuantiosas. Las miradas con recelo, la indiferencia o la hostilidad, escasas. Supongo que el testimonio de D. Miguel Ángel Santos, párroco de este pueblo durante 35 años, ha dejado huella en esta tierra. Eso y la labor de la familia Hospitalaria -Hermanos de san Juan de Dios y Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón- con los más de 1.500 residentes con enfermedad mental en sus centros. Y la labor de acompañamiento a mujeres que sufren la prostitución por parte de las Oblatas de Cristo Redentor, otra fundación nacida en Ciempozuelos. Pero bueno, hablar de las raíces religiosas de este pueblo merece otro post. Por hoy, termino pidiendo por estas chavalas que se dejan llevar por los tópicos y los prefieren antes de confrontarlos con la realidad. Y pido que pidáis para que los que a veces nos toca soportar algo de escarnio por mostrar públicamente nuestra condición de consagrados, sepamos mirar a todos con mansedumbre y misericordia, con firmeza si conviene, y siempre con caridad. Gracias.

sábado, 12 de octubre de 2013

MÁRTIRES E HISPANIDAD: MUCHO QUE CELEBRAR

Cuando jugaba en el equipo de fútbol de Sigüenza -al que ascendimos a Tercera división, por cierto- se pusieron de moda varias expresiones. Me ha venido a la memoria al tratar los asuntos que aparecen en el título una de las más famosas: "no te metas en lo charcos". Era una forma suave pero clara de invitarte a no abordar un tema, por su condición de peliagudo. Pues vamos a ello.

Hablar hoy en día de la Hispanidad es un charco en toda regla. Me ha impulsado a ello la Esquerra Republicana, que ha lanzado este lema al hilo de esta jornada:


"Hispanidad es genocidio". Así, sin más. He aprovechado la indignación que me provocó este eslogan para profundizar en el hecho de la Hispanidad, para conocerlo mejor. Una de las referencias esenciales de este Movimiento es el proceso de evangelización y conquista del continente americano desde 1492. Los republicanos, y con ellos el movimiento indigenista, sostienen -permítanme un resumen muy tosco- que la presencia española en América se reduce a un expolio de sus recursos naturales, la masacre de los indígenas, la destrucción de las culturas precolombinas y la imposición de la religión cristiana y de la cultura occidental. Creo que estas imágenes ejemplifican la síntesis anterior:




Normalmente la propaganda, los eslóganes reduccionistas y manipuladores, no sostienen la prueba de los hechos. Y me he puesto a buscarlos. He rescatado los apuntes de Historia cursados en Periodismo -porque sobre historia de España apenas si te cuentan algo en Secundaria-Bachillerato- y he leído algún artículo especializado -cuyo link adjunto más abajo-, y me he encontrado con algunos datos interesantes, muy interesantes. Los expongo en guiones y de forma esquemática. Si quieren profundizar, dedíquenle algo más de tiempo leyendo los artículos:

1. Frente al pretendido genocidio... ¿sabían que el PRIMER HOSPITAL del continente americano lo construyeron los españoles apenas 10 años después de llegar al nuevo continente? Hombre, si se trataba de exterminarles... 
http://es.wikipedia.org/wiki/Hospital_San_Nicolás_de_Bari



2. Frente a la supuesta masacre cultural... ¿sabían que los pueblos indígenas desconocían la escritura, la rueda, el arado, las puertas, la caña de azúcar, los animales de tracción... y todo ello lo llevaron los colonos españoles? ¿Sabían que la PRIMERA UNIVERSIDAD de América la erigieron los españoles apenas 50 años después del Descubrimiento?
http://es.wikipedia.org/wiki/Controversia_sobre_la_primera_universidad_de_América



3. Frente a la imposición religiosa... ¿Sabían que se prohibió convertir a la fuerza a los indígenas, y que sólo se podía administrar los sacramentos a los que estuvieran "bien dispuestos"? ¿Sabían que las religiones precolombinas practicaban sacrificios humanos? Por no hablar de otras prácticas contrarias a la dignidad de la persona como la poligamia. O sea, que el anuncio del Evangelio fue una liberación en toda regla. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Sacrificios_humanos_en_la_América_precolombina



4. ¿Sabían que apenas un puñado de militares españoles conquistaron en dos décadas un territorio tan extenso como el el sur y centro de América? Esto sólo es posible por la colaboración que muchos de los pueblos indígenas prestaron a los nuevos colonizadores con la esperanza de verse liberados del yugo de los imperios precolombinos. 



5. ¿Sabían que la Iglesia fue la primera en defender los derechos de los indígenas, empezando por la reina Isabel, Montesinos, Bartolomé de las Casas, san Pedro Claver, etcétera, etcétera, etcétera? ¿Sabían que la Escuela de Salamanca, con Fray Francisco de Vitoria a la cabeza, estableció doctrinalmente la igualdad esencial de los indígenas respecto al resto de seres humanos -cosa que hoy nos resulta más que obvia, pero no así hace 500 años- suponiendo el origen remoto del movimiento a favor del reconocimiento de los Derechos Humanos? Y podríamos seguir... 


No es mi intención presentar una visión idílica de aquel proceso, que por su magnitud y complejidad, y por estar hecho por hombres -y por tanto, pecadores-, tuvo multitud de elementos negativos y perniciosos. Lo que indigna es la ignorancia interesada que se esconde detrás de un lema como "Hispanidad es genocidio", que evidentemente responde a un interés político independentista, anticristiano y -quién sabe- si también a la envidia de una gesta de tal magnitud. Termino este apartado con unas palabras del Nobel mexicano Octavio Paz, para equilibrar -quizá- y remachar la postura que he presentado en las líneas precedentes:   

"No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos ―quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país― no seríamos lo que somos. Seríamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas" Octavio Paz. 1995.

Los links prometidos son estos (con agradecimiento al P. Alberto Royo por habérmelos facilitado):

http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/la-evangelizacion-de-america-i-la-sincer

http://kaire.wikidot.com/evangelizacion-de-america-una-esplendida-realidad

http://es.catholic.net/conocetufe/358/1767/articulo.php?id=6747


Ahora sería el momento de hablar de los 522 mártires que en unas horas serán reconocidos como tal en Tarragona en la mayor beatificación de la historia de la Iglesia, que se dice pronto. Tiene que ver con lo anteriormente tratado, porque uno de los elementos del sentimiento anti-hispanidad es -sin duda alguna- el "tic" anti-cristiano. Esto se traduce en el deseo de muchos de presentar estas víctimas como caídos de uno de los bandos de la guerra civil, como caídos hubo también en el otro. PERO ESTO ES SENCILLAMENTE FALSO. Para muestra de la falsedad, un botón:


No son 522 curas, porque hay en la lista obispos, seglares y -sobre todo- muchas religiosas. No murieron, sino que fueron asesinados. Y no pertenecían a al bando nacional, porque fueron apresados no en el campo de batalla, no con armas en las manos, sino en sus conventos, hospitales, escuelas, hospicios... o en las casas donde tuvieron que esconderse. Su "delito" fue cuidar a enfermos mentales, o educar a niños y adolescentes, o acoger y ayudar a transeúntes; y su gloria, fue la fe con la que se aferraron a Cristo, y el amor con el que perdonaron a sus verdugos. 



Los testimonios de estos hermanos de san Juan de Dios, de estas Hijas de la Caridad, de estos hermanos de Lasalle, de estos franciscanos, de estos benedictinos, de estas Hijas de María, etc es conmovedor. El modo en el que les quitaron la vida, tan injusto, y en casi todos los casos, tan cruel, podría despertar el odio y el rencor. Pero ya nos advirtió Paul Claudel en su impresionante poema "A los mártires españoles" que no cayéramos en ello:

"Caminante que pasarás una a una las páginas de este libro sincero,
leélo todo y guárdalo en tu corazón, pero ¡contén tu enojo y tu cólera!
Es la misma cosa, es parecida, es lo mismo que les han hecho a nuestros antepasados,
es lo que aconteció en tiempos de Enrique VIII, en tiempos de Nerón y Diocleciano."


Termino. Las grandes gestas no quedaron en el pasado, cuando se llevó la semilla del Evangelio a un continente entero, a millones de almas. No menor fue la vivida en los años 30 del siglo pasado en España, donde se produjo algo más prodigioso aún: que ninguno de los hijos de la Iglesia apostatara cuando se vieron intimados a hacerlo, y que miles de hombres y mujeres miraran con perdón y misericordia a aquellos que de modo perverso les arrancaban la vida. Seguramente porque ya estaban abrazados a la Eterna. Sirvan estas pobres palabras como homenaje y acción de gracias a Dios por su testimonio extremo de amor y perdón. Por todo ello, HAY MUCHO QUE CELEBRAR.

Para conocerles: www.beatificacion2013.com



sábado, 28 de septiembre de 2013

EL FIN DEL CELIBATO SACERDOTAL


Aunque sobre este tema ya escribí hace unos meses en referencia a unas declaraciones de un eclesiástico anglosajón -aquí se puede leer el breve post: http://julianlozanolopez.blogspot.com.es/2013_02_01_archive.html- lo retomo de nuevo porque los medios de comunicación lo han vuelto a poner en la agenda de temas a tocar.

Me parece que lo que hay debajo de ese “¿por qué no te casas?” que dirigen a los sacerdotes -y a la Iglesia por extensión- algunas personas -por cierto, de lo más variadas: desde el ateo alejado de la fe, hasta el indiferente, pasando por el catequista despistado y llegando a las “vacas sagradas” de la vieja teología (Vg. Hans Küng)- es una falta de comprensión de lo que es el sacerdocio, y de cuál es el fin del celibato. 



El sacerdote -en palabras de la Carta a los Hebreos- es “cogido de entre los hombres” para representarles en el culto a Dios (Cf. Hb 5, 1s) y continúa la carta diciendo que “nadie puede arrogarse este honor sino el que es llamado por Dios” (Hb 5, 4)

O sea, que no es una buena ocurrencia lo de hacerse cura, sino que es una llamada de Dios. Le llama, le elige, y si el sujeto en cuestión acoge esa elección, Dios toma su vida, se la expropia, y la consagra -eso es la Ordenación-. Es decir, a partir de ese momento, su vida ya no es suya, o en palabras del entrañable Pablo Domínguez que en Paz descanse, “yo ya no cuento”. Lo consagrado pertenece a Dios, para su “uso” exclusivo; en el caso del sacerdocio, para hacer las veces de Cristo, para que “quien a vosotros escuche, a mí me escuche” (Cf. Lc 10, 16); para “hacer esto en memoria mía” (Cf. Lc 22, 19); para que “lo que ates en la tierra quede atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quede desatado en los cielos” (Cf. Mt 16, 19). Y podríamos seguir con más citas. En esencia, Cristo al sacerdote le pide regir a su pueblo como el que sirve, hablarle de la Verdad y santificarle.



Pero para que esto sea real, para que la expresión “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros” (Lc 22, 19) no sea falseada, hace falta que el que la pronuncie sea varón -como Jesucristo- y hace falta que de verdad haya entregado su vida, incluyendo su cuerpo. Aquí entra en juego el celibato.

Se trata de una ley eclesiástica -cierto-, que no es dogma de fe -verdad-, que custodia el don de la virginidad consagrada -a imagen de Cristo- un carisma -don de Dios para bien de la Comunidad- que es regalado de lo Alto -”no todos entienden esto, sólo los que han recibido este don” (Mt 11-12)- y que hace posible que el sacerdote se configure con Aquél al que debe hacer presente.



El fin del celibato -en la misma línea de la promesa de obediencia y el compromiso de pobreza realizados en la Ordenación- es, por tanto, identificar al sacerdote con Jesucristo único y eterno Sacerdote. En los documentos eclesiales esta idea se ha expresado con una triple fórmula. El presbítero abraza la vida virginal por un motivo cristológico -vivir identificado con Jesús-, eclesiológico -para servir con entrega TOTAL a la Iglesia, al Pueblo de Dios y a todos los hombres- y escatológico -para hacer presente, siquiera como signo, los bienes últimos y definitivos a los que nos llama el Creador-. Por esto, y por más cosas, es por lo que la Iglesia -yendo muy a contracorriente- ha unido sacerdocio y celibato -y persevera en ello-, la razón por la que los curas no nos casamos, la razón por la que lo hacemos libremente, el motivo por el que se puede ser inmensamente dichoso en este camino.



Habría muchos “hilos” que abordar para rematar bien el tema, pero eso excede con mucho la capacidad de un blog. El que quiera, a estudiar Teología ; )  Con todo, no me resisto a apuntar, aunque sea esquemáticamente, algunas cuestiones que me rondan la cabeza en torno a este asunto. 

(Nota. Si alguien está demasiado saturado, puede pasar directamente al penúltimo párrafo y retomar en otro momento; lectura interactiva...)


  • El hecho de que -casi en la totalidad de los casos- las peticiones de revisar el tema del celibato procedan no tanto de un “sin el celibato seréis más santos”, sino de un “sin el celibato por fin podréis vivir y ser felices”, me hace dudar de que sea un “signo de los tiempos” que nos envía Dios. Si desde el Colegio de los Pastores se me ofrece otra mirada, la escucharé filialmente.

  • El hecho de que, quienes proponen modificar la vivencia actual del celibato sacerdotal, argumenten convencidos que eso solucionará la crisis de vocaciones, cuando sabemos empíricamente que las iglesias luteranas, anglicanas, y demás reformas -que tienen la figura del pastor casado- han sufrido un descenso muchísimo mayor de candidatos al Ministerio, me vuelve a hacer dudar de que sea un “signo de los tiempos” que nos envía Dios.

  • El hecho de que -en muchos de los casos- las peticiones de revisar el tema del celibato van de la mano de la reivindicación del sacerdocio femenino y de una mirada ambigua o directamente positiva del aborto, me hace dudar muy seriamente de que sea un “signo de los tiempos” que nos envía Dios.

  • El tema de la las iglesias católicas orientales, en cuyo seno se permite ordenar sacerdote a un varón casado -y no al revés; los sacerdotes no se casan- me parece que plantea una dificultad objetiva a la mentalidad de hoy -también a la mía-. La coexistencia de ambas prácticas diversas entre sí -la latina y la oriental- no suponía un problema cuando se vivían en ámbitos geográficos y culturales distantes. Pero la “aldea global” en la que vivimos, y los enormes movimientos migratorios, están provocando que ambas disciplinas se den a la vez en un mismo tiempo y lugar, provocando algo de perplejidad. ¿Cómo resolver esta cuestión? Quizá sería el momento de replantear más a fondo la cuestión y dirimirla a la luz de una mayor profundización de la identidad sacerdotal desarrollada en Occidente, y que no ha llegado aún a ámbitos del pulmón oriental de la Iglesia.

  • En esta misma línea, la objeción de quienes invocan a la Iglesia primitiva -en la que sabemos que hubo esposos que fueron elegidos para el diaconado, el sacerdocio y el episcopado- para reclamar que se reinstaure esa práctica, por considerarla más conforme a la primera Iglesia -como si ésta fuera el modelo que debe instalarse perennemente- es contestada por la propia historia eclesial. Jesús ha querido que la Iglesia -fundada por Él- progrese en sus enseñanzas a lo largo de la Historia, evidentemente en fidelidad a lo por Él enseñado. Del mismo modo que el misterio Eucarístico se fue descubriendo con mayor profundidad a lo largo de los siglos -aunque ya estuviera presente desde la Última Cena-, gracias a lo cual se llegó a una formidable formulación en tiempos de santo Tomás de Aquino, y se ha continuado la labor de desentrañamiento hasta nuestros días -Cf. “Ecclessia de Eucaristía” del Beato Juan Pablo II, o la más reciente “Sacramentum charitatis” de Benedicto XVI- así ha sucedido también con el ministerio, vocación e identidad sacerdotal. De ahí que con el paso de los años, la práctica original de la virginidad de los ministros -que convivía con la de esposos ordenados- se fuera extendiendo en las comunidades, hasta que se fija en la disciplina eclesial a partir del Concilio de Elvira y posteriores Sínodos. O sea, que el futuro del sacerdocio no pasa por volver al año 33 de nuestra era, sino por continuar extrayendo “lo nuevo” del “tesoro” que nos ha sido confiado, como el padre de familia de la parábola (Cf. Mt 13, 52)


Y se me quedan más hilos pendientes, sobre todo de tono más personal, pero ya habrá ocasión -si Dios quiere- de enhebrarlos. 



El fin del celibato sacerdotal no es terminar con él, como han podido comprobar los que con paciencia hayan leído hasta aquí. Su fin, su objeto, es configurar en verdad al sacerdote con el único digno de llevar este nombre, Jesucristo. La actual controversia es una ocasión providencial que se nos brinda para redescubrir su sentido, para terminar con una visión -si la hubo, que yo no la he conocido- sospechosa sobre el sexo y/o la familia que pudiera estar, para algunos, en el trasfondo del celibato; una oportunidad de oro para conocer mejor la consagración sacerdotal y amarla más, para tratar de vivirla con mayor plenitud y libertad, y ofrecerla gozosa y confiadamente a aquellos jóvenes a los que el Señor -quién sabe- pueda estar regalándosela. 

Pd. Hasta el próximo post, que -Dm- será sobre la "famosa" entrevista al Papa Francisco de la semana pasada. Tardaré en escribirlo...

viernes, 30 de agosto de 2013

NADA SE PIERDE


Me cambian de parroquia. Mañana 1 de septiembre comienzo mi tarea pastoral en Ciempozuelos, y dejo atrás tres años de trabajo en Virgen Madre, en Leganés. No es ni un ascenso ni un descenso, ni un premio ni un castigo, que es como a veces -desde fuera, sin entender, aunque sin mala voluntad- se tiende a valorar estos cambios. En realidad, forma parte de la dinámica sacerdotal: cuando uno es Ordenado, se consagra a Dios en su Iglesia, y por tanto, ya no se pertenece, por lo menos no del todo, o no debería. Y entonces te pueden enviar a servir al Pueblo de Dios allá donde sea necesario. Y esto es, en esencia, lo que ha ocurrido.


Se lo explicaba hace unos días a un feligrés de Leganés. Le decía “pues el Señor me envía a un nuevo lugar”. Y él replicaba: “el señor... El señor obispo quieres decir”. Así que yo apostillé: “bueno, los dos: el Señor, a través del señor Obispo”. Porque desde que hace alrededor de diez años comenzara la aventura vocacional -eso que puede sintetizarse en una convicción-impresión-certeza de que Dios te llama a una relación/misión especial, y que uno responde a ello cada día en el seno de su Iglesia- tengo la seguridad (podría añadir que tengo la experiencia) de que es Dios el que está detrás de todo, aunque ciertamente delante de todo aparezcan siempre personas o circunstancias que Él dispone. Vamos, que creo en la Providencia de Dios, en eso de que Él nos acompaña, de que interviene en la Historia y en mi historia.



Mirar hacia atrás ahora significa recordar decenas de regalos que de lo Alto he recibido en Leganés. El primer año en la vida sacerdotal es muy importante, y yo lo he vivido en Virgen Madre. Aquí he aprendido a celebrar Misa, me he iniciado en la Confesión, en la predicación, en acompañar en el duelo de la muerte, en el dolor de la enfermedad, en las dificultades de la vida... También en gozar con esa existencia que se abre paso en los pequeños bautizados, en la alegría de la infancia que se acerca a recibir a Cristo Sacramentado, en la ilusión de los jóvenes que empiezan a sentir el timón de sus vidas en sus manos y descubren el apasionante horizonte que ante ellos les presenta Jesús. O ese punto de inflexión vital que significa el matrimonio para muchos, y al que uno asiste como testigo de excepción, y que es una gran promesa, que he comprobado que el Señor cumple, si le invitan no sólo a la Boda, sino también al hogar.



Mirar atrás ahora supone traer a la memoria multitud de personas y acontecimientos. Por su envergadura e intensidad, la JMJ de Madrid se lleva buena parte del “disco duro”. Los meses de preparación, la coordinación-comunión con tanta buena gente de Leganés -los voluntarios de las parroquias, la gente del Ayuntamiento, directores de colegios e institutos...- aquella semana de órdago acogiendo a 6.000 peregrinos a la vez que acompañábamos a nuestros jóvenes en las diversas celebraciones. Los Scouts de Europa, los peregrinos indonesios, malteses, argentinos, cordobeses, riojanos... El increíble grupo de Toulousse; Los responsables de acogida de la parroquia, incansables, sonrientes, atentos, entregados... Y el remate, la inolvidable vigilia de Cuatro Vientos, el tremendo calor durante el día, la imprevisible tormenta de por la noche, que aquilató nuestra presencia allí y nuestra pertenencia a la Iglesia... La aventura que se hizo envío misionero, y en eso seguimos.



Pero es que ha habido multitud de eventos, extraordinarios y ordinarios, en estos tres cursos. Desde las intensas tardes de los viernes con los Juveniles y sus catequistas, las Misas dominicales -especialmente las “de niños”-, las convivencias inter-parroquiales con la Acción Católica de Infancia, las peregrinaciones y encuentros con jóvenes, la “coordinadora arciprestal”, los festivales de Navidad y alguno de Primavera, los divertidos sembradores de estrellas, las celebraciones penitenciales, los campamentos de verano, las vacaciones con familias... Y sé que me faltan unas cuantas.






Y las personas, claro, las personas, en las que se reconoce a Cristo, en las que Él mismo tantas veces se te está entregando. Personas de todo tipo, edad y condición. Los infatigables y generosos encargados de mantenimiento; la entrañable sacristana, y el tierno equipo de visitadoras de enfermos, y las catequistas -y los también- y los responsables de economía, y el grupo de limpieza, y los que cuentan la colecta, y los que preparan la liturgia y cantan, y los voluntarios de Cáritas, y el Aula de Cultura, y el grupo de mayores, y los/las “sin grupo” que cada día acuden, rezan, saludan... Y los niños de catequesis, y sus papás y mamás, y los enfermos -y aquí cito a Concha-, y los grupos de profundización de la fe, y la escuela de padres -vamos, de madres- y los grupos de matrimonios, y los curas de mi arciprestazgo, y mi párroco, y... y pido disculpas por los olvidos que pueda tener. 






Y entonces, te cambian. Y no pasa nada, nada más allá de la lógica tristeza por dejar todos esos regalos que te ha hecho el Señor. Y entonces los pones en Sus manos, que al fin y al cabo de Él han venido, y deseas que los ponga en las manos del hermano que viene a sustituirte, y emprendes confiado el camino hacia el nuevo destino, seguro de que allí Jesús se volverá a derramar, y tranquilo, y contento, y agradecido, por una sencilla y profunda certeza: que en Él nada ni nadie se pierde.


lunes, 12 de agosto de 2013

SI TUVIERA QUE DECIR ALGO DE LA ESCUELA DE VERANO JOVEN ROZAS 2013

En mi último programa de "Rompiendo moldes" en Radio María hablamos de las "Vacaciones con Dios"; esos planes veraniegos -también pueden ser navideños o de Semana Santa, pero dan más juego los estivales- en los que planeas tus días de descanso poniendo a Dios en el centro, y viendo qué propuesta parece más agradable y provechosa a Sus ojos. Como muestra, entrevistamos en el programa a una joven de Getafe que pasó tres meses el año pasado en Calcuta con las Misioneras de la Caridad, y que -con una sincera sonrisa- relataba cómo esos días dedicados a cuidar enfermas mentales -que ni siquiera hablaban su idioma...- habían sido el mejor de los regalos. 



En el otro extremo -del orbe- se encontraba el P. Javier Mairata y los cinco seminaristas que durante el mes de agosto van a desarrollar misiones de evangelización en Chile, más concretamente en Villarrica, a 800 km al sur de la capital. Y allí estaban, helados de frío por el intenso invierno que están viviendo, y agradecidos por poder compartir lo más grande que tienen -la fe en Cristo Jesús y en su Iglesia- con cuantas personas se crucen en el camino, o en la cárcel, o en la escuela, o en el imponente volcán que preside aquella diócesis. 


Aunque no haya sido en otro continente, y no haya consistido en una misión caritativa o de primera evangelización, también yo he podido disfrutar estas semanas de un "verano con Dios" (en realidad el ideal del cristiano es "la vida con Dios", pero bueno, nos entendemos). Sobre la preciosa experiencia del Campamento de verano ya he escrito en este blog, y el que quiera, aquí tiene mis reflexiones: http://julianlozanolopez.blogspot.com.es/2013/07/para-que-sirve-un-campamento.html

Ahora quiero referirme a la Escuela de Verano Joven -en Rozas de Puerto Real- organizada por la Acción Católica de la Diócesis de Getafe, y muy bien organizada, por cierto. Si tuviera que decir algo de ella, seguramente empezaría por el principio, por ese aire de familia que los que llevamos ya unos añitos por estos lares percibimos en tantos sitios y momentos: peregrinaciones, vigilias, ejercicios espirituales, campamentos... Nos sabemos hermanos, y nos sentimos en casa, y eso es un gustazo, y hace muy agradable la convivencia. Ojalá logremos comunidades -parroquias- en las que nos conozcamos más y mejor, desde el Señor, y seamos en verdad miembros de un mismo Cuerpo.



Pero, por si había quien no conocía a esa "familia", la primera noche los jóvenes de la Asunción de Móstoles (arriba, en la foto) nos prepararon una velada de presentación muy entretenida, y en apenas media hora, mientras hacíamos mímica, saltábamos a la comba, nos "disparábamos", hacíamos equilibrios o jugábamos a las sillas musicales, nos íbamos aprendiendo los nombres, procedencia, estudios y/o profesiones de los ochenta participantes en la Escuela. Enhorabuena!


Si tuviera que decir algo más de la Escuela de Verano, diría que me encantaron las conferencias; que Antonio Castillo expuso con mucha claridad los retos que nos plantea la Bioética, y cómo la Iglesia -una vez más- lucha por proteger y custodiar la dignidad humana -desde el momento de la concepción hasta la muerte natural de la persona- aunque se juegue el prestigio en ello. Y que me volvió a fascinar la charla de Monseñor Munilla, que repitió "La emergencia afectiva" que impartió en el Congreso Nacional de Pastoral Juvenil en Valencia el año pasado, y que tan necesario es escuchar, y que tanto bien está haciendo (https://www.dropbox.com/s/tr3tz0izkd9y5q1/Mons%20Munilla.%20Emergencia%20afectiva.%20Rozas13.mp3).
Y que me pareció magistral la lección sobre "Cristianismo naciente y las religiones", con la que Mons Rico Pavés -Obispo auxiliar de Getafe- nos iluminó el camino actual de diálogo con otras religiones, y la necesidad de ofrecer a todos la Buena Nueva del Evangelio.





Si tuviera que añadir algo más sobre esta peculiar Escuela, escuela de vida, diría que es una suerte que ochenta jóvenes catequistas puedan profundizar en su formación de la mano de profesores instruidos y generosos con su tiempo y su saber. Profundizar en el Credo, en los sacramentos, en el libro del Apocalipsis y con él en la Escritura, o asomarse a la belleza de la teología del cuerpo de Juan Pablo II, repercutirá sin duda en el bien de estos jóvenes, y en el de todos aquellos que estén a su cargo en las parroquias. Es un bonito efecto dominó, un círculo virtuoso, porque el "bien es difusivo". Aquí, algunos de los grupos de estudio:





Pero podría añadir aún más, y decir que los ratos de piscina, las timbas de mus, las horas de "jungle speed", los partidos de fútbol y voley, los duelos al frontón y al tenis, los ratos de guitarreo... han dado un toque fresco, sano y divertido a nuestros momentos de ocio. Porque lo nuestro es disfrutar de todo lo que el Señor nos regala, y disfrutar al máximo.







También los talleres, los saberes prácticos, sobre hablar en público, artesanía, literatura y cocina, han supuesto un crecimiento, un reto en ocasiones, una superación, y un deleite. Ah! y los cineforun tampoco han estado mal: "A good woman", "Soul Surfer" y "La rosa blanca".







En el plano personal, además ha sido un regalo poder compartir tiempo, conversaciones, pareceres, y ponernos un poco al día con viejos amigos, a los que conocí hace ya unos años en circunstancias parecidas, cuando arrancábamos nuestra etapa universitaria, y comenzábamos a orientar nuestros rumbos vitales. ¡Qué bueno que el Señor nos haya mantenido en el camino!




Pero al final, lo mejor, como siempre, es haberle tenido a Él en el centro, y desde Él haber vivido la experiencia de pertenecer a un Pueblo, de sabernos engendrados por la misma fe, en el mismo amor, con la misma esperanza. La Eucaristía diaria, de la que nace la Iglesia, y la oración que le da el oxígeno para continuar siendo los brazos del Padre en medio del mundo.

Hasta las próximas "Vacaciones con Dios"