miércoles, 30 de noviembre de 2016

LO QUE ESTÁ EN JUEGO SON VUESTROS HIJOS.

El pasado 28 de noviembre pude asistir a una charla sobre “diversidad sexual y de género” destinada a padres de alumnos de un colegio público de la Comunidad de Madrid. Participé con permiso del colegio. La sesión fue impartida por la Fundación Daniela (www.fundaciondaniela.org). A continuación sintetizo lo escuchado en la charla, y mis conclusiones. 

1. Definiendo conceptos. Los primeros minutos estuvieron dedicados a clarificar los términos. Se nos explicó que las personas tenemos distintas orientaciones del deseo sexual: heterosexual (“que es la más conocida”), homosexual, bisexual, pansexual y asexual. Curiosamente la diapositiva estaba ilustrada con una foto de la bandera arcoiris. Las distintas orientaciones se trataban -por supuesto- en rango de igualdad, aunque unas sean más “conocidas” que otras.


2. Después se habló de roles y expresión de género. Según los ponentes, se trata de “construcciones sociales”, porque las cosas “no son de chicos o chicas”. Estuve a punto de levantar la mano y preguntar “¿no creéis que el hecho de que a las niñas les guste muchísimo más que a los niños jugar con muñecos de bebés puede tener que ver con el hecho de que las mujeres pueden dar a luz bebés y los hombres no?” No quise interrumpir. Los conferenciantes terminaron diciendo que estamos ante estereotipos. Y es cierto que los hay, pero por debajo hay más cosas que puras construcciones sociales. 


3. Llegó el momento de definir el “sexo”. Se formuló brevemente los ámbitos a los que hace referencia: cromosomas, gónadas, genitales, morfología, hormonas. La imagen que acompañaba era rara. La mujer (XX), el hombre (XY) ambos con aire sombrío, y en medio una figura más sombría aún. En esta diapositiva se detuvieron poco. A la ideología de género le incomodan las realidades objetivas. La genética es tozuda. No se mencionó que la configuración genética (XX o XY) está presente no sólo en los órganos sexuales, sino EN TODAS LAS CÉLULAS DE LA PERSONA. Se detuvieron más en hablar de los casos intersexuales, en los que hay una alteración de la configuración XX o XY. Ciertamente los hay. Son excepcionales, una anomalía genética, aunque ellos no lo expresaron así.


4. Llegamos a la identidad de género. Aquí nos dijeron que tenemos derecho a ser lo que somos… y que lo que somos lo decidimos nosotros. Que es un “SENTIMIENTO INTERNO” y a la vez que “está en el cerebro”. ¿Qué hay más variable en las personas que el sentimiento? ¿Cómo hacer depender la identidad -lo que uno es- de lo que uno siente? Un cacao. Se puede ser hombre, mujer, o identidad no binaria: agénero, género fluido, género neutro, y puntos suspensivos. Esto está abierto. Tu cerebro es DIOS. Si dices que no eres nada, pues eso eres, y así te tienen que tratar. Y el que te diga que algo debes ser… es un intransigente. Los de género fluido fluctúan entre hombre y mujer, no sé sabe muy bien cómo y por qué. Y los neutros… pues eso. Y los puntos suspensivos es porque puede haber más combinaciones. Como no hay verdad ni mentira en esto, pues a gusto del consumidor. 


5. Luego vienen las personas Trans*. El asterisco creo que significa que es un término paraguas en el que pueden caber muchas cosas. La definición es “aquellas personas que no se identifican con el género asignado al nacer”. Este concepto -“sexo asignado”- es importante. Te lo dicen desde fuera. No importa que tu genética y tu anatomía sean masculinas, te lo asignan desde fuera, así, superficialmente…  Aquí es donde se afirmó que “hay niñas con pene, y niños con vulva”. Lo cierto es que encontramos casos excepcionales en los que hay contradicciones entre el dato genético y el anatómico. A veces hay dos órganos sexuales, o ninguno. La novedad del plantemiento de género consiste en no llamar excepcional a lo excepcional, sino llamarlo normal, tan normal como lo demás. Y aquí es donde se falsea la realidad, y lo falso nunca es bueno.


6. Por eso, como se ve en la diapositiva, no podemos saber si un ser humano es niño o niña… hasta que hable y lo decida. Insistieron aquí en una de las conclusiones -a mi parecer- más graves: que es en torno a los 4 años cuando la persona decide su identidad sexual… Sí, la decide. Sí, a los 4 años. Por eso, insistían, conviene formar en estos temas LO ANTES POSIBLE… Aquí sí intervine. Les dije que a los 4 años somos conscientes de pocas cosas, y dudo que nos planteemos la identidad. Apunté que -tal vez- los pequeños que -por los motivos que fuera- tuvieran alguna dificultad en su desarrollo quizá se preguntaran cosas… Pero la experiencia común no es que un niño o niña de 4 años se pregunte quién soy o quién quiero ser. Simplemente, es lo que es. 


7. Como se trata de ser inclusivo -o sea, de incluirlo todo- hay que cambiar el lenguaje. Por eso aparecen las “x”. No son niños o niñas, sino “niñxs”, y aquí cabe todo. Pronunciar no se puede pronunciar, pero no pasa nada. Lo importante es que la ideología se plasme en el lenguaje. Cambia las palabras para cambiar el pensamiento; cambia el pensamiento y cambiaras a las personas. Sencillo y eficaz. Y peligroso. 


8. Llegamos a la diapositiva de los “mitos”. “Una persona sabe si es hombre o mujer cuando madura”. Los profesionales de la Fundación Daniela afirmaron que esto es un mito, o sea, que es falso. En el turno de intervenciones aludí al estudio de este año desarrollado por la Asociación Americana de Pediatría en el que -a partir de sus estudios científicos- se afirma que “el 98% de los chicos y el 88% de las chicas que experimentan alguna confusión en su identidad sexual aceptan naturalmente su sexo biológico después de la pubertad”, o sea, cuando maduran. (aquí el estudio titulado “La ideología de género daña a los niños: https://www.acpeds.org/the-college-speaks/position-statements/gender-ideology-harms-children Traducción en español al final del texto) Al terminar mi objeción, la respuesta que me dieron fue “es una opinión más…” En este apartado también se afirmó que las personas transexuales no tienen por qué operarse para adecuar su cuerpo a su identidad sentida. Se puede ser hombre o mujer, u otra cosa -agénero, o neutro, o intersexual- y tener los órganos sexuales que se quiera. Cada uno es su propio creador. 


9. “Lo natural es ser diversx”. No es una errata. Lo escriben así. Y no, no se refieren a que cada persona es única e irrepetible -que eso ya lo sabemos; que Dios es muy creativo y no hay dos moldes iguales-. A lo que se refieren es a que no hay norma ni excepción; que no hay naturaleza de las cosas, sino sentimiento, deseo, y la decisión omnipotente de cada sujeto de ser lo que le dé la gana. De hecho afirmaron: “lo que es normal nos lo hemos inventado nosotros”… Y según los conferenciantes, la forma de querer a las personas es decirles que sí, que muy bien, que tienen razón… Y si les dices “me parece que te equivocas”, significa que no las quieres, que no las aceptas, que no eres inclusivo.


10. En el turno de preguntas se les planteó cuán científico era el planteamiento expresado por ellos a lo largo de su charla. La respuesta fue: “tan científico como quien defienda otra postura”. 

11. Esta mirada sobre la persona y la sexualidad es la que transmitieron por la mañana a los niños de 10 y 11 años del colegio. Lo hicieron a través de una dinámica, en la que les preguntaban -entre otras cosas- si “lo normal es que a los chicos les guste las chicas y viceversa” y “si una chica lo es porque tiene cuerpo de chica”. Después de que los alumnos se posicionaran sobre dichas afirmaciones, los coordinadores les daban “la respuesta correcta” (palabras literales del guión). A la vista del planteamiento hecho, ya sabemos qué respuestas les han dado. En la sesión formativa a los niños también se les mostraba un vídeo o se les contaba un cuento. Desconozco qué contenido se les mostró. Quizá fue el vídeo que nos pusieron a los mayores, en el que un papá acaba yendo al colegio vestido de mujer para recoger a su hija… Aquí el videoclip:



Conclusión.

Se están impartiendo -y desgraciadamente se van a impartir en el futuro- sesiones formativas sobre “diversidad sexual y de género” a niños y adolescentes que en realidad son “deformativas”. Basadas en la ideología de género, sin base científica, con afirmaciones falsas, “perjudican a los niños”, como afirma sin ambages la Asociación Americana de Pediatría (estudio mencionado arriba). 

Las sesiones son impartidas además por fundaciones y colectivos que asumen absolutamente la ideología de género -como se puede ver en la web de la Fundación Daniela- y que forman parte del movimiento LGTBI. En el caso de la citada fundación, el coordinador se define como “activista LGTB”. Quizá haya padres y madres que -como yo- respeten a las personas de ese movimiento, pero no compartan sus planteamientos, y prefieran que la educación a sus hijos sea impartida desde otra perspectiva. 

Para aquellos padres y madres que desean educar a sus hijos desde la mirada del humanismo cristiano, comparto con ellos las palabras preocupadas y claras que el Papa Francisco ha pronunciado al respecto. Nos ha mostrado diáfanamente -siguiendo la tradición cristiana- que el creyente ama y acoge a toda persona, pero eso no implica aceptar todos los planteamientos y opciones de la misma. Cito al terminar el artículo las referencias fundamentales del Papa sobre este tema. 

Y termino. El artículo 27.3 de la Constitución española consagra el derecho de los padres/madres a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral conforme a sus propias convicciones. Antes que la Constitución, el propio derecho natural concede a los padres la custodia y decisión de cómo educar a sus pequeños. En toda esta cuestión, LO QUE ESTÁ EN JUEGO SON VUESTROS HIJOS. Su desarrollo, su vocación, su vida, su felicidad. Es hora de tomar decisiones. Es hora de formarse en la verdadera afectividad y sexualidad humana, tan hermosamente iluminada por la fe cristiana, para ser vosotros quiénes enseñéis vuestros hijos a conocerse, a vivir y a amar. Es hora de exigir en las escuelas que no se den planteamientos ideológicos contrarios a vuestras convicciones. Es hora de dejar la pasividad y de proponer vuestra mirada a todos, para que todos puedan beneficiarse de ella, y se construya una sociedad donde el respeto se fundamente en las verdades, no en las ideologías. Para todo ello, contáis con el Señor, con la Iglesia, con mucho apoyo, con miles de testimonios, y con la torpeza y oraciones de este pobre servidor. 




Anexo 1. 
Algunas citas recientes del Papa sobre la ideología de género.



Encíclica Laudato sii nº 155.

“La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»”




Exhortación “Amoris laetitia” nº 56.

“Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo»[45]. Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar»[46]. Por otra parte, «la revolución biotecnológica en el campo de la procreación humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto generativo, convirtiéndolo en independiente de la relación sexual entre hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas»[47]. Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.”   




Diálogo del Papa en Cracovia con obispos polacos. Julio 2016.

“En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas – lo digo claramente con nombre y apellido – es el 'gender'. Hoy a los niños – a los niños – en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible.”