El "meses después" vale tanto para el cautiverio de mi amiga Ainhoa Fernández del Rincón, como para mi ausencia narrativa en este querido pero descuidado "De profundis". El hecho es que las posts del blog cedieron su lugar a las actualizaciones de estado en Facebook, y éstas a los 140 caracteres de Twitter. Como ven, una degeneración del "de profundis" al que aspiraba en un inicio.
Un buen amigo, sacerdote y comunicador, me sugirió que retomara el blog apostando por una actualización semanal, quizá no buscando tanto la profundidad cuanto compartir las maravillas que Dios le hace ver a uno en la vida sacerdotal. Me gustó el consejo y me quedé con la idea. Después vi el "motivador" -no tiene guasa ni ná: http://www.youtube.com/watch?v=bGeowinaO9A&feature=related-
Pero ni por esas fui capaz de reencontrarme con este espacio.
Ha sido esta noche cuando la sonrisa de Ainhoa me ha traído aquí, y aquí os la dejo. Quizá escriba algo sobre ella, y responda a no pocos comentarios torpes e injustos sobre esta cooperante que cree que el amor puede cambiar el mundo. Pero esta noche os dejo su sonrisa, y lo demás ya se verá. Bienvenida Ainhoa. Gracias Señor por traerles sanos y salvos.
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